El coste por cada trabajador se elevará en 1.522 euros al año, entre sueldo y cotizaciones, si el Gobierno se decanta al final por el alza máximo
Faltan apenas un par de días para que termine enero y el Gobierno aún tiene pendiente ya no solo aprobar, sino consensuar y decidir cuánto subirá el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para este 2023. La decisión puede implicar un sobrecoste para las empresas de más de 3.000 millones de euros en un año en el que se prevé una fuerte desaceleración de la actividad económica y del empleo. Pese a la exigencia de los sindicatos para que se haga «de manera inmediata», el mes terminará, previsiblemente, sin resolver esta incógnita, puesto que el Ejecutivo trata de llegar a un pacto con los agentes sociales, pese a ser prácticamente una utopía.
Lo que sí parece definitivo es que la subida estará entre los 46 y los 82 euros, ya que así lo apuntó la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, al mostrarse esta pasada semana partidaria de «encontrar un buen equilibrio» dentro de esa franja recomendada por el comité de expertos. La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz -que es quien lleva las riendas de la negociación-, apostó por su parte por aumentarlo hasta los 1.082 euros.
En el caso de Euskadi, esta subida implicaría superar el 51,7% del salario medio en la comunidad autónoma. Solo en otras tres regiones (Madrid, País Vasco, Navarra y Cataluña) estaría por debajo del 60% recomendado por la Carta Social Europea. El estudio de Cepyme resalta que si finalmente la remuneración más baja se eleva este año a 1.082 euros en nueve comunidades autónomas y 22 provincias españolas se superaría el 65% del salario medio, lo que dificultará la contratación y restará competitividad a la economía
La cifra de los 1.082 euros, en cualquier caso, no contentará en principio ni a la patronal, que proponen un alza hasta 1.040 euros, ni a los sindicatos, que defienden elevarlo hasta los 1.100 euros.
Si finalmente impera el criterio de la ministra de Trabajo y el salario mínimo se eleva de los actuales 1.000 euros a los 1.082 euros, las empresas tendrán que afrontar en este 2023 un desembolso de más de 3.000 millones de euros. Esto se debe a que el nuevo SMI no afecta solo a la remuneración de los trabajadores, sino que la base mínima de cotización se eleva por ley en la misma proporción, por lo que se situaría en los 1.262 euros mensuales. Las compañías que tengan empleados afectados por esta subida tendrán que pagar 82 euros extra al mes en concepto de salario y 31,24 euros más en cotizaciones, con lo que el sobrecoste anual por trabajador será de 1.522 euros
Las estimaciones realizadas por CC OO en base a datos de 2021 de la Encuesta de Población Activa (EPA) sostienen que casi 2,3 millones de ocupados pasarían a cobrar un salario mínimo de 1.082 euros, de los cuales 1,92 millones tendrían jornada completa y cerca de 350.000 a tiempo parcial. Así, las empresas y autónomos asumirán un extra este ejercicio de 2.933 millones por esos casi dos millones de afiliados con la remuneración más baja y a tiempo completo, según los cálculos realizados por este periódico. Además, se sumaría el gasto por esas 350.000 personas a tiempo parcial, difícil cuantificar.
El perfil del principal beneficiario de este nuevo alza será el de una mujer de entre 16 y 34 años con un contrato temporal, que trabaja en la agricultura o el sector servicios y vive en Andalucía, según el análisis pormenorizado que realiza el sindicato dirigido por Unai Sordo. De hecho, casi el 60% de los beneficiarios de un aumento del SMI serán mujeres y la mitad de los jóvenes ocupados se vería afectado. De igual manera, más del 15% de los trabajadores del sector servicios (un 77%) verían incrementados sus ingresos, así como la mitad de los asalariados del campo (46,9%), los dos sectores -junto con el de empleadas del hogar- más afectados.
Los empresarios, por su parte, alertan de los efectos negativos que tendría una subida del salario mínimo en esta proporción, principalmente para las compañías más pequeñas. Así, Cepyme sostiene que el elevado y continuado incremento de esta renta -que ha escalado más de un 41% desde 2017 hasta colocarse como el más caro de Europa- estimula el reemplazo de puestos de trabajo elementales por maquinaria y robots, pudiendo además tener un incremento permanente del desempleo de larga duración. Es más, cuantifican en más de 200.000 los empleos perdidos por estas subidas.
En este sentido, desde la patronal advierten que subir el salario mínimo al 60% del salario medio -el compromiso que adquirió el Gobierno para 2023- no se ajusta al actual contexto empresarial, en el que no hay ganancias de productividad, y resultará «especialmente gravoso» para las pequeñas empresas.
Además, elevar el SMI 82 euros al mes implicaría que se sitúe en más del 70% del sueldo medio en una pyme de hasta 50 trabajadores y en la hostelería prácticamente se iguale con el medio.
Asimismo, Cepyme advierte que las subidas del SMI también provocan un desplazamiento al alza en las tablas salariales de muchas empresas, dejando obsoletos muchos convenios en vigor.
[Publicado El Correo, 29/01/2023]
Laboral
31 enero, 2023