El contrato de relevo resurge en Euskadi por tercer año consecutivo al abrigo de la recuperación económica. Hasta el mes de septiembre se han suscrito 942, 145 más que en el mismo periodo de 2015, lo que supone un crecimiento del 16%. Sin embargo, esta fórmula de rejuvenecimiento de las plantillas de las empresas no ha sabido aprovechar la subvención de 6.000 euros por operación pactada en la Mesa de Diálogo Social entre empresarios y sindicatos, a la que hasta finales del pasado octubre se habían acogido menos de cuarenta personas cuando existía dinero disponible para 916.
La jubilación parcial por contrato de relevo fue creada en 1999 y tuvo un rápido desarrollo en la comunidad autónoma vasca, escenario donde se ha utilizado con especial intensidad. Pero su gran éxito y elevado coste para las arcas de la Seguridad Social llevó a sucesivos endurecimientos de la fórmula, que también pretendía dificultar los habituales casos de picaresca.
El más severo fue la reforma de 2013, que a medio plazo hará muy poco atractiva esta modalidad de contrato. En su momento de mayor uso (2008), se suscribieron en Euskadi 5.299 contratos de relevo (40.646 en España), para comenzar a caer desde entonces tanto por el cambio normativo como por la crisis hasta niveles inferiores al millar en 2013, con moderados crecimientos desde entonces.
Sin embargo, su uso dejará de ser atractivo en pocos años, en especial cuando a partir de 2019 no pueda acogerse ningún trabajador a la normativa existente hasta 2013. Una disposición transitoria en la Ley de Reforma de Seguridad Social de ese año permite acogerse a la vieja regulación a todos los trabajadores nacidos en 1957 o antes que lo tuvieran pactado en su convenio o en otros acuerdos en marcha, que varios miles de empresas vascas registraron en la Seguridad Social. A partir de esa fecha, las mayores cotizaciones que deben pagar las empresas y otras condiciones harán muy poco atractivo un sistema que en su día llego a costar hasta 125.000 euros por cada caso a la Seguridad Social.
5,5 MILLONES
Para neutralizar en lo posible estas dificultades y favorecer el relevo generacional en las empresas, Gobierno Vasco, sindicatos y patronal pactaron en la Mesa de Diálogo Social el pasado año incentivar estos contratos. La medida entró finalmente en vigor en abril pasado, con una subvención de 6.000 euros por caso, y a cambio se exigen una serie de requisitos.
Como la partida presupuestaria destinada a este capítulo es de 5,5 millones de euros para este año, había fondos para 916 contratos.
Sin embargo, fuentes del Departamento de empleo han confirmado que hasta la finalización del plazo de solicitudes, el pasado 23 de octubre, se habían concedido menos de 40 subvenciones. Todo un revés para uno de los acuerdos más importantes del proceso de dialogo social, ya de por sí polémico por la oposición al mismo de las centrales nacionales ELA y LAB.
Las causas del escaso éxito de una medida que reclamaban al unísono centrales sindicales y empresarios habría que buscarlas, según fuentes sindicales y patronales consultadas por EL CORREO, en los requisitos añadidos al contrato de relevo que se piden para poder acogerse a la subvención. Entre ellos, el de incorporar a la plantilla a un desempleado menor de 30 años. No es predisposición empresarial contra los jóvenes, sino la obligación que existe de cotizar al menos por el 65 % de la base reguladora del veterano que se va. Y es que contratar a un joven ahora puede ser mucho más barato que ese 65%, lamentan fuentes sindicales.
CONDICIONES ESPECIALES
Además de las condiciones de la normativa sobre el contrato de relevo, el acuerdo de la Mesa de Diálogo Social establece otras exigencias para tener derecho a la subvención. Entre ellas, que el relevista sea fijo, que trabaje a jornada completa y que su retribución anual bruta sea, al menos, de 12.000 euros al año.
Desde Confebask se resta trascendencia al escaso éxito de este plan de fomento del contrato de relevo. Se trata de un mecanismo que “necesita tiempo”, explica a este diario Jon Bilbao, responsable de Relaciones Laborales de la patronal vasca. Lo importante, añade, es la existencia del mecanismo y que se va a poder “corregir” en el futuro hasta ajustarlo a las necesidades de empresas y trabajadores. El hecho de que sea fruto de un acuerdo entre las partes, añade, permitirá al final dar con la “fórmula” adecuada.
[Publicado El Correo, 03 de noviembre de 2016]
Laboral
23 noviembre, 2016