Menu

EUSKADI SE ENFRENTA A UN FUTURO SIN RELEVO LABORAL

LA JUBILACIÓN DE TRABAJADORES SERÁ LA PRINCIPAL FUENTE DE EMPLEO DEL MERCADO VASCO, CON UNA POBLACIÓN ACTIVA A LA BAJA

El mercado laboral vasco envejece. La edad media de los trabajadores crece cada año que pasa a causa de la caída de la natalidad y porque los jóvenes tienen dificultades para incorporarse a un puesto de trabajo. En otras palabras, el relevo generacional no es lo suficientemente intenso para mantener un mercado laboral “saludable”. Este problema tiene una ventaja positiva a corto y medio plazo, ya que ayudará a reducir el paro aunque no se creen nuevos empleos, pero a medio y largo el desafío que presenta una sociedad envejecida es de tal envergadura que desborda ampliamente las consecuencias laborales. Tanto, que hace temer que aún no hayan finalizado los drásticos cambios en prestaciones sociales ocurridos durante la última crisis económica, la actual.

La cifra de personas que se jubilan en Euskadi ha sido creciente en la última década, como consecuencia del “baby-boom” de mediados del siglo pasado, y ha pasado de las 16.000/17.000 de 2006 y 2007 a los cerca de 20.000 del año pasado, según datos de la Seguridad Social, aunque se mantiene estabilizada en los últimos cuatro ejercicios en torno a ese nivel. Es importante conocer la tendencia de esta variable, que va a ser la principal fuente de empleo para los parados y personas que se incorporen al mercado laboral durante las próximas décadas.

Las nuevas generaciones que llegan no dan para cubrir el hueco que dejan los trabajadores que se retiran. Las proyecciones del Instituto Vasco de Estadística-Eustat indican que entre 2014 y 2015 la población en edad laboral disminuirá el 12 %.  Es decir, en torno a 160.000 personas menos que en la actualidad, lo cual por sí solo podría “tragarse” todo el paro vasco actual con comodidad, aun en el caso de que no se generan nuevas ocupaciones. Claro que eso no sucederá porque, con toda seguridad, la oferta de empleos futuros no va a casar muy bien con la preparación y formación que tienen los demandantes actuales. Pero ese es otro problema.

Menos jóvenes

Un ejemplo con datos de la Encuesta de Población Activa permite visualizar en cifras el panorama. Mientras hace diez años eran casi 90.000 los menores de 25 años en disposición de trabajar, en la actualidad no llegan a 49.000. Y lo mismo sucede entre los que tienen 25 y 34 años, que han pasado de casi 311.000 a poco más de 206.000 personas. El resultado de este desequilibrio es que la población activa está bajando de forma continua desde 2012 a una media de más de 12.000 por ejercicio. En concreto, de 1.091.000 de 2011 ha descendido a 1.028.000 en 2015, en datos anuales de la encuesta del Instituto Nacional de Estadística. El análisis de actividad del Eustat no refleja aún esta caída, pero el organismo sí la prevé para los próximos años.

De los 302.000 empleos que un estudio del Servicio Vasco de Empleo-Lanbide estima que deberán cubrirse en la década que va de 2014 a 2024, en torno al 88 % se generarán por la jubilación de trabajadores. Y como la población activa evoluciona a la baja, a corto plazo la oferta y la demanda de empleo tendrán que equilibrarse recurriendo a las “reservas” que el mercado laboral tiene en las listas del paro; a la incorporación al mercado laboral de las mujeres -tienen una tasa de actividad del 51 %, once puntos menos que los varones-; a la llegada de trabajadores nacionales o a la inmigración de extranjeros.

El consejero de empleo del Gobierno Vasco, Ángel Toña, confirmaba estos vaticinios en una comparecencia pública realizada la pasada semana en Bilbao. Aseguraba al respecto que el paro bajará en cuatro años del 10 %, sobre todo por la caída de la población activa y la escasez de jóvenes que tomen el relevo. Un mayor papel de la mujer en el mercado laboral será otro de los procesos que ayuden al relevo generacional, apuntaba.

El problema que se presenta ante la sociedad vasca es conocido desde hace años y se vuelve más preocupante cuando la economía comienza a crear empleo neto, como sucede en la actualidad. Las cifras del INE y del Eustat  muestran una tendencia irrefrenable al envejecimiento de la población activa y ocupada que va a durar hasta bien rebasada la mitad de siglo, según calculan los expertos.

Así, en 2015 había en la comunidad autónoma, según la EPA, 170.000 personas activas mayores de 55 años, las cuales en su mayor parte -además de otras más jóvenes- se retirarán en la próxima década. Hace diez años, ese colectivo estaba compuesto por 122.000. Por el contrario, el total de la población activa ha bajado en el mismo periodo de 1.070.200 a 1.028.300 personas. Solo la crisis y la destrucción de empleo que llevó aparejada ha impedido que el mercado laboral vasco sufriera unos desequilibrios que ya comenzaron a dejarse sentir en los años previos al estallido de la Gran Depresión.

Con la población mayor de 55 años que tiene trabajo sucede lo mismo. Ha pasado en una década de 117.500 a 154.900 personas, pese a que el total de ocupados ha bajado de 993.500 a 876.400 en el periodo de referencia.

Situación en España

La tendencia a la caída de la población activa va a continuar en los próximos años, según todas las estimaciones conocidas, en una intensidad que los expertos califican de “muy significativa”; y lo mismo va a pasar -está pasando ya- con el envejecimiento, lo que agudizará la necesidad de relevo generacional en las empresas vasca. En cualquier caso, como señala un reciente estudio de Laboral Kutxa, es un fenómeno común a España y a muchos países de la Unión Europea.

En ese trabajo, elaborado a partir de un estudio de Lanbide, se estima que en los diez años que van de 2014 a 2024 se van a crear 302.000 puestos de trabajo, de los que menos de 36.000 serán de nueva generación.

En el conjunto de España, el problema es similar, aunque no tan agudo como en la comunidad autónoma vasca. El envejecimiento de la sociedad y de la población laboral es también una realidad inevitable y las proyecciones demográficas apuntan a una caída de cerca de 700.000 personas en la población potencialmente activa para 2025. Sin embargo, esta cifra estaría por sí sola muy lejos de resolver el paro al revés que en Euskadi, donde el problema del relevo generacional parece más grave.

Las mismas proyecciones, contenidas en el Plan de Estabilidad enviado por el Gobierno de Rajoy a Bruselas, sitúan el paro por debajo del 10 % para una década más tarde, más allá de 2030; entre otras cosas porque se parte de una tasa más elevada que en el País Vasco.

 

[Publicado El Correo 23/05/2016]