La nueva fórmula, que no afectará a quienes estén cerca de la jubilación, permitirá eliminar los peores años y «no supondrá ningún recorte»
El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, sigue adelante con su idea de ampliar el periodo de tiempo para calcular la pensión de los futuros jubilados pese al fuerte rechazo que esta propuesta –que, por otra parte, se ha comprometido con Bruselas– genera en gran parte del arco parlamentario y en los sindicatos. De hecho, tanto Unidas Podemos como UGT y CCOO mostraron este mismo lunes su «frontal oposición» a un nuevo aumento, coincidiendo con el inicio formal de la negociación de la segunda fase de la reforma de las pensiones, que también implicará una subida de las bases máximas de cotización.
«Dado que los últimos años no son los mejores, puede tener sentido ampliar el periodo de cómputo, pero a su vez elegir los mejores, y a su vez descartar las lagunas», admitió Escrivá en una entrevista en TVE horas antes de que el Gobierno mantuviera una primera reunión de «toma de contacto» con sindicatos y patronal. No obstante, el ministro pretende hacerlo sin perjudicar a nadie, sin que «suponga un recorte», por lo que sí ha descartado totalmente su planteamiento inicial, que no era otro que aumentar los 25 últimos años que se tienen en cuenta en la actualidad para el cómputo de las pensiones a 35 años, una medida que se filtró a principio de la negociación de la reforma de las pensiones y que generó un rechazó total tanto a nivel político como social. «En ningún caso se tratará de ampliar el periodo de cálculo a 35 años, sino de pequeños ajustes para mejorar la equidad», explicó en otra entrevista en radio.
Fuentes de la negociación recalcaron a ese periódico que no se trata de ampliar los años de cotización, esos 25 actuales, sino el periodo de cálculo, al mismo tiempo que se incluyen otros elementos en la fórmula final como excluir un cierto número de años –aún por definir– y mejorar el sistema de cobertura de las lagunas de cotización (periodos en los que no se cotiza por no estar empleado). Es decir, que una opción que se estudiará es ampliar el periodo de cálculo unos años –por ejemplo, a 27, 30 o 32; en ningún caso se llegará a 35–, pero si se permiten excluir los peores, podría mantenerse que fueran un total de 25 años.
El ministro señaló que el objetivo es ayudar a mejorar la equidad del sistema a la hora de calcular la pensión, puesto que las trayectorias de los trabajadores ya no son las tradicionales. De hecho, precisó que para uno de cada tres ocupados los mejores años de cotización ya no son los últimos, como sucedía antes.
Por ello, Escrivá abogó por «darle una vuelta a esto» y analizar con los agentes sociales si se puede actuar sobre el periodo de cálculo de la pensión y al mismo tiempo «destruir los peores años de cotización y dar un mejor tratamiento a las lagunas de cotización».
Régimen transitorio
«Tenemos que discutir con los agentes sociales cuál es la mejor combinación de estos tres elementos para que el sistema sea más equitativo y más justo y cumpla su función de proteger de alguna forma a aquellos que tienen situaciones sobrevenidas o indeseadas y que no les afecte negativamente desde el punto de vista de la pensión futura», apuntó ministro de Seguridad Social.
En cualquier caso, el diseño final, no afectará a aquellos trabajadores que están cerca de la jubilación, ya que como es habitual en estas reformas habrá un régimen transitorio para así no cambiar las expectativas de los futuros pensionistas. E incluso podría ser que en una etapa pudieran escoger entre el actual y el futuro, según precisaron fuentes de la negociación.
Elevar las bases máximas
Lo que sí admitió el ministro sin tapujos es su objetivo de subir progresivamente la base máxima de cotización y elevar al mismo tiempo pensión máxima, lo que en este caso sí contribuirá a la sostenibilidad del sistema. «Lo que hay que hacer es elevar progresivamente esa pensión máxima y, al mismo tiempo, de forma análoga, aumentar la cotización en la base máxima. Si eso lo hacemos de forma gradual y suave, como tenemos previsto, eso tiene la virtualidad, desde el punto de vista de la sostenibilidad del sistema de pensiones, de que aumentará la recaudación en términos de cotizaciones sociales», explicó.
En este sentido, Escrivá subrayó que la pensión máxima en España es «relativamente baja» en comparación con la de otros países e indicó que, si ésta se eleva «de forma suave» al tiempo que se incrementa la base máxima, aumentarán los ingresos del sistema en las décadas de los 30 y los 40, que es donde el sistema sufrirá «un poco más de tensión» por la demografía derivada del “baby boom”.
[Publicado El Correo, 13/09/2022]
Laboral
15 septiembre, 2022