El nuevo Plan de Estabilidad enviado a Bruselas prevé un alza de salarios públicos en línea con la subida de precios a partir de 2023
El Gobierno vuelve a reiterar en el Plan de Estabilidad remitido ayer a Bruselas que aumentará el número de años cotizados para calcular la pensión de jubilación y eliminará el tope de la base máxima de cotización. En el documento, el Ejecutivo apunta a que durante este año «se avanzará en la reforma de las pensiones». Y lo hará para «modificar» el «periodo de cómputo de la pensión de jubilación», así como el sistema de cotización de los autónomos y la base de cotización máxima.
El compromiso supone la segunda parte de la reforma cuyo primer capítulo fue aprobado en el Congreso a finales del pasado año y supuso, entre otras medidas, la revalorización de las prestaciones conforme al IPC medio del último año, algo que también vuelve a recogerse en el plan remitido ayer. Además, en el documento se prevé un incremento retributivo de los empleados públicos también en línea con la evolución de los precios a partir de 2023.
En materia impositiva, el plan remitido a la Comisión Europea no recoge grandes novedades, más allá de reiterar el compromiso para revisar el impuesto de matriculación y circulación e impulsar la fiscalidad verde (gases fluorados e hidrocarburos), pero sin poner fecha a estas medidas. Como tampoco a la esperada reforma fiscal, paralizada ante el nuevo escenario surgido con el estallido de la guerra en Ucrania.
Frente al actual frenazo económico, el gran reto es mantener la senda de ajuste fiscal necesaria para sanear las cuentas públicas. En este sentido el Plan de Estabilidad mantiene el objetivo de déficit del 5% que ya estaba previsto. Y lo hace porque el Gobierno confía en que la buena inercia de la recaudación en 2021, cuando los ingresos aumentaron un 15%, se mantenga este año con una subida del 7,4%.
La ministra de hacienda, María Jesús Montero, defendió que la reciente mejora en la recaudación «se debe en un 80% al crecimiento económico y a la creación de empleo, que ha dado lugar a un aumento de los ingresos por IRPF y cotizaciones sociales», frenando así las críticas que apuntan a que el principal factor que está impulsando los ingresos es simplemente la inflación.
Las previsiones apuntan a que, si se cumplen estos objetivos, el déficit seguirá a la baja para cerrar 2023 en el 3,9%. Y en el 3,3% al año siguiente. Ya sería en 2025 cuando, con una referencia del 2,9%, el déficit se situaría por debajo del límite del 3% que establecen las reglas fiscales de Bruselas, que permanecen suspendidas desde 2020 y que previsiblemente se reformarán de cara al próximo año.
En este contexto, la deuda pública descendería al 118,4% del PIB en 2022 y al 115,2% en 2023, hasta situarse en el 109,7% en 2025.
[Publicado El Correo, 30/04/2022]
Laboral
5 mayo, 2022